jueves, 12 de julio de 2012

Atropellos y factores lesivos

De entre los accidentes graves que se producen en casco urbano, el tipo más frecuente es el atropello a peatones. ¿Su capacidad lesiva depende solamente de la velocidad?.


Al ser atropellado, el cuerpo del peatón describe un desarrollo sobre el perfil del vehículo que depende de la estatura del peatón, de la forma y tamaño del vehículo, o de si éste se encontraba o no frenando en el momento del contacto.





Las lesiones más frecuentes son las que se dan en miembros inferiores, causadas por el impacto de las piernas sobre el parachoques ó rejilla. Siendo las más frecuentes, no son éstas las lesiones que entrañan un mayor riesgo vital.



Posteriormente, la pelvis entra en contacto sobre la zona más adelantada del capó. El tórax y hombros contactan sobre la zona alta del capó ó incluso zona inferior del parabrisas. Por último, el impacto de la cabeza es el responsable del impacto característico en “tela de araña” que suele darse en el parabrisas del vehículo.



Sin embargo, la altura del vehículo donde se da cada uno de estos impactos depende de la velocidad. Así, a mayor velocidad, estos contactos van desplazándose hacia arriba, hasta el punto de que la cabeza del peatón puede contactar con la zona alta del parabrisas, ó incluso con el techo del vehículo.









Siendo las lesiones craneales las más críticas en cuanto a capacidad lesiva se refiere, es importante destacar que la gravedad de éstas no está tan relacionada con la velocidad, sino con la rigidez de la zona de contacto.
Así, puede darse la paradoja de que un atropello a baja velocidad, que provoque un impacto craneal en el marco inferior del parabrisas, sea más lesivo que un atropello a mayor velocidad, pero que implique un impacto craneal en la zona central del parabrisas, mucho más alejada de las zonas estructurales (marcos y pilares).




El siguiente video ilustra la dinámica del cuerpo del peatón sobre el vehículo que lo atropella:



 

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